Una canción nacida desde el caos
La cantante y actriz mexicana Katy Romort lanza “Arrancarte”, una poderosa balada que no nace desde el cierre, sino desde el caos. La canción captura ese instante en el que ya se intentó todo, pero el corazón sigue atado a lo que duele.
Con una interpretación desgarrada, Romort transforma la vulnerabilidad en fuerza:
“No es una canción de superación, sino de resistencia emocional. Quiero que quien esté atravesando ese mismo lugar oscuro se sienta menos solo; que entienda que también se puede hacer arte desde el abismo”, explica la artista.
De lo personal a lo universal
Inspirada en una experiencia real —una relación que terminó, pero con la que debió seguir trabajando profesionalmente—, “Arrancarte” condensa la tensión entre lo que se quiere soltar y lo que aún persiste.
“Mientras más la grababa, más entendía que lo que sentía no cabía en el silencio”, confiesa Katy.
El tema también representa el cierre de “Quisiera”, su anterior sencillo. Juntas, ambas canciones construyen una narrativa emocional que avanza desde la añoranza hasta la catarsis.
Una artista con identidad propia
Katy Romort (Katia Romano) es cantante, actriz y bailarina nacida en la Ciudad de México. Su formación comenzó en la danza clásica en la Academia Attitude, con presentaciones en el Teatro San Rafael, Teatro Hidalgo y Teatro de la Ciudad.
Con más de una década de experiencia, ha recorrido estilos como ballet, jazz, contemporáneo, hip-hop y teatro musical. En 2020 interpretó a Velma Kelly en Chicago y participó en producciones como The Greatest Showman y Wicked.
En 2022 inició su carrera como solista bajo un sello discográfico, y en 2024 decidió continuar como artista independiente, tomando el control de su visión creativa. Su sonido combina fuerza, honestidad y emoción, influenciado por artistas como My Chemical Romance, Måneskin, Olivia Rodrigo, Demi Lovato y Nothing But Thieves.

Un arte que transforma el dolor
Con letras que nacen de experiencias reales, Katy Romort construye canciones que no buscan encajar, sino resonar con quienes sienten, aman y se atreven a mirar el dolor de frente.